Simón Bolívar
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar Nacio el 24 de julio de 1783, Caracas y murio 17 de diciembre de 1830, Santa Marta, Colombia Colombia, a la 1:03:55 de la tarde (hora de Colombia), a causa de pulmonía avanzada.Condiciones en las que estaba bolivar antes de morir :
Dos cosas tenía en mente Bolívar: O irse a Inglaterra a recobrar su salud y escribir sus memorias o comenzar a trabajar para recuperar la unión Gran Colombiana. Su salud se había empeorado mucho. Sale de Bogotá y no falta quien le grite: “¡Longaniza!” (Longaniza era un loco que mendigaba por las calles de la ciudad). En Cartagena, el 1 de julio, se entera del Asesinato de Antonio José de Sucre. El 1º de diciembre llegó a Santa Marta. El general Mariano Montilla, quien era uno de los pocos que lo acompañaban, contrató a un médico francés, Alejandro Próspero Reverend, quien por más que se le insistió se negó rotundamente a cobrar honorarios por atender a Bolívar. El día 2 de diciembre, el doctor Reverendo escribió sus primeras impresiones, entre otras cosas decía: “Las frecuentes impresiones del paciente indicaban padecimientos morales. Finalmente, la enfermedad de S. E. me pareció ser de las más graves, y mi primera opinión fue que tenía los pulmones dañados". Al otro día escribe: “duerme solamente dos o tres horas a prima noche, y el resto lo pasa desvelado, y como con pequeños desvarío". Un español, Joaquín de Mier y Benitez, le ofrece su casa en la Hacienda de San Pedro Alejandrino, ubicada en las afueras de Santa Marta, para que se recupere de sus males. Llegó a la hacienda un poco mejor pero el día 8 tuvo una recaída. Ese día, Reverendo escribe: "El enfermo disimula sus padecimientos, pero estando solo da algunos quejidos". El día 10 Bolívar le pide al médico que le hable francamente y éste le dice que no cree que pueda salvarse. Bolívar le dice: “¿Y ahora, cómo salgo yo de este laberinto?” Se decide entonces escribir su última proclama y su testamento. El día 11 escribe su última carta. Va dirigida a Justo Briceño, y le pide que se reconcilie con Rafael Urdaneta para salvar la Unión de la Gran Colombia.
A partir del día 12 se agravó mucho más. A veces deliraba. El día 17, a eso de las once de la mañana entró en estado agónico. Reverendo lo narra:
"Me senté en la cabecera, teniendo en mi mano la del Libertador, que ya no hablaba sino de modo confuso. Sus facciones expresaban una perfecta serenidad; ningún dolor o seña de padecimiento se reflejaban sobre su noble rostro. Cuando advertí ya la respiración se ponía estertorosa, y el pulso trémulo, casi insensible, y que la muerte era inminente, me asomé a la puerta del aposento, y llamando a los generales, edecanes y los demás que componían el séquito de Bolívar: "Señores, exclamé, si queréis presenciar los últimos momentos y el postrer aliento del Libertador, ya es tiempo".Inmediatamente fue rodeado el lecho del ilustre enfermo, y a los pocos minutos exhaló su último suspiro Simón Bolívar.
José Palacios, su mayordomo, llorando en un rincón de la habitación exclamó: “¡Se me murió mi señor!”. El general Montilla no pudo contener el llanto y exclamó: "¡Ha muerto el Sol de Colombia!”. Desenvainó su espada y cortó el cordón del péndulo que marcaba la hora, el cual se quedó para siempre marcando la una, tres minutos y cincuenta y cinco segundos (01:03:55) de la tarde. Acompañaron a Bolívar en sus últimos momentos los generales: Mariano Montilla, José María Carreño, José Laurencio Silva, José de La Cruz Paredes, el coronel Belford Hinton Wilson, Juan Glenn, el Capitán Andrés Ibarra, Lucas Meléndez, José María Molina, Joaquín de Mier, el doctor Manuel Pérez Romero, el doctor Próspero Reverendo, Manuel Ujueta, el notario José Catalino Noguera, su sobrino Fernando Bolívar Tinoco y su mayordomo José Palacios.
Cuando Reverendo fue a amortajar el cuerpo se dio cuenta que la única camisa que tenía Bolívar estaba rota. Reverendo dijo: “Bolívar aun muerto no vestirá una camisa rota, voy a traer una de las mías”. Pero le entregaron una que mandó el general José Laurencio Silva y con esa vistió el cuerpo..
Una leyenda tras su muerte
Aunque la muerte de Simón Bolivar podía parecer el fin de un hombre con mucha historia, no fue así ni mucho menos. Miles de historias y leyendas sobre la persona lo convirtieron en personaje histórico. Tal es así, que hasta la fecha se conocen libros, canciones y cuentos, incluso algunos se destinaron a públicos infantiles como es el caso del "cuento de Simón Bolivar adaptado a los más pequeños" escrito por la novelista María Recrea. Estos textos son la viva esencia de la magnitud que alcanzo Simón con sus actos en vida.Por otro lado, es muy común encontrar por todo el mundo plazas y calles en nombre a Simón. Claro homenaje a una persona luchadora.
Testamento de Simón Bolívar
El testamento de su excelencia El Libertador de Colombia General Simón Bolívar es el documento mediante el cual el Libertador Simón Bolívar declaró su última voluntad antes de fallecer el 17 de diciembre de 1830. Fue dictado en Santa Marta, Colombia, el 10 de diciembre, el mismo día en que dictó su última proclama y recibió los sacramentos por parte del Obispo de Santa Marta José María Esteves, y fue firmado por Bolívar y el escribano José Catalino Noguera al día siguiente. El original consta de 4 páginas manuscritas por ambas caras y estuvo archivado en una notaría de Santa Marta hasta que fue robado por desconocidos quienes lo vendieron al gobierno venezolano. El presidente Marcos Pérez Jiménez lo restituyó a Colombia donde fue depositado en un banco por la Sociedad Bolivariana hasta que dicha institución lo donó al Museo Nacional de Colombia el 24 de junio de 1960.
El documento está constituido por catorce cláusulas en las que Bolívar declara u ordena elementos de diversa índole, incluyendo su creencia en Dios y la Iglesia Católica, sus bienes y su destino (las tierras y Minas de Aroa...y unas alhajas), que se paguen sus deudas y la donación de dos libros que fueron propiedad de Napoleón a la Universidad de Caracas. También ordena una remuneración para su mayordomo José Palacios, que se quemen algunos documentos, nombra sus albaceas, y divide lo que queda de sus bienes en tres partes: una para cada hermana María Antonia y Juana. La tercera para sus sobrinos: Juan, Felicia y Fernando Bolívar, para que lo "disfruten con la bendición de Dios."
Según Tomás Polanco Alcántara: La firma del documento es perfectamente clara. Podría decirse que cuidadosamente clara La rúbrica trata de ser la misma suya, aunque un poco vacilante. Mantiene la costumbre de separar la "B" de Bolívar de la "o" y las dos letras últimas "ar" de las cuatro anteriores. Firma con el nombre completo, con el mismo tipo de "S" en el nombre sin el acento en la "o".